Crónicas de experiencias dificiles


Esta entrada de blog la presento con el fin de relatar situaciones difíciles en la clase que he vivido durante mis 9 años como maestro de clases de niños. En muchas reuniones con otros maestros siempre surgen dudas sobre como lidiar con determinada situación, y siempre es difícil llegar a una conclusión que sea la correcta para toda ocasión, pero si puedo decir que una mente tranquila y centrada en los escritos Bahá'ís junto a mucha experiencia puede ayudar. Puede que quien lea esto tenga poca experiencia se asuste, pero aquí es donde entra en acción este blog, al relatar estos eventos es para transferir la experiencia de mis vivencias al lector, para poder tomar mejores decisiones ante situaciones que otros maestros han vivido.




Algo más que puedo agregar antes de comenzar, es que varias veces he escuchado después de tomar una mala decisión: "pues fue una experiencia", es cierto que varias veces es una vivencia, pero también a veces una mala decisión de estas puede llegar a afectar la vida de otros, por minúsculo que parezca, y por tanto debe buscarse cometer el mínimo de errores o ninguno.

El ataque de un perro


Durante los primeros años de maestro, sucedió un evento que causo mucho miedo a otros niños y a nosotros como maestros (mi hermano y yo). En esos días, siempre después de la clase salíamos a jugar "ladrón librado" con los niños; en cierta ocasión solo fue mi hermano, y los niños pidieron extender la zona de juego, y esa zona a la que se extendieron, un perro chow chow (mascota de otro niño de la misma clase) mordió a otro niño en la pierna, causándole una corte profundo, y de una extensión de cerca de 4 cm.
Para nuestra suerte, mi mamá estaba en casa y siendo enfermera aplico expertamente primeros auxilios, y el niño como estaba muy acostumbrado a provocarse lesiones, lo aguanto como todo un campeón.
Llevamos al niño con su mamá, le explicamos lo sucedido, y afortunadamente entendió y no se enojo, dado a que también conoce muy bien la naturaleza temeraria de su hijo. Ella tiene un buen concepto de mi familia y conoce a mi papá de años, pero fue una prueba que no desearía que se repitiera con nadie... ¿que sucedería si hubiera sido un niño más frágil y delicado? ¿o si hubiera sido un perro callejero?

Efectos de largo plazo: Ese mismo niño, pocos años después, se provoco una lesión estando en una escuela de verano; la madre se volvió a mostrar comprensiva, pero a raíz de eso ya no permitió que volviera a ir a eventos largos.

Consejo: Nunca pierdan de vista a los niños y siempre estén atentos a potenciales peligros en la zona de juegos.


Bajo el efecto de alcohol



En muchos de mis primeros años como maestro he tenido varios niños con  familias disfuncionales que no han sido la mejor de las influencias (cuidados por abuelas, hermanas, padres ausentes, etc), y algo en especial era padres alcohólicos, donde hubieron ocasiones en las que haciendo el recorrido para llamarlos a la clase o incluso dentro del tiempo de juego, aparecían ebrios o bajo efecto de otros alucinantes. Pese que algunos aun dentro de su problema, veían la clase como algo bueno, habían otros que lo veían como tontera y enviaban más a sus niños buscando algún beneficio material. Por mi parte nunca logre una estrecha relación con ninguno de esos padres, en esos años tampoco buscaba hacer muchas visitas a familias ni nunca tuve acompañamiento para hacerlo pero aunque nunca se dijo de manera verbal, se que los niños encontraron cosas buenas dentro de las clases, algunas veces cosas que faltaban dentro de su familia.

Efectos a largo plazo: muchos de esos niños ya crecieron y algunos incluso ya iniciaron familias, y pese a todo pronostico, puedo ver con orgullo que no vinieron a formar parte del ciclo vicioso. Algunos siguen recordándome como el padre/hermano/amigo que no tenían. Fueron clases con niños que vivían ambientes difíciles, y es una alegría haber formado parte de lo que los crió a que fueran buenas personas.

Consejo: Aunque yo no lo hice propiamente, sugiero siempre tratar de realizar visitas a padres, tal vez en estas ocasiones así lo mejor sería siendo acompañado de alguien más. Siempre tener presente el trasfondo familiar de cada uno para acoplarse mejor a sus deseos también ayuda a saber como uno puede tratarlos aun mejor.

Niños difíciles



Creo que en los libros Ruhí (porque no encontré que fuera de los propios escritos Bahá'ís) hay una frase que dice "No hay ningún niño que sea incorregible" y algo que creo que yo mismo he dicho anteriormente es que "los niños más difíciles son los que nos llevan a hacer un mejor esfuerzo en el desarrollo de actividades". Esta situación la viví de manera marcada en dos momentos de mi tiempo de maestro y tengo cosas muy diferentes que decir de cada una.

Primera experiencia.

La primera vez fue entre mi segundo y tercer año como maestro de niños, un amigo bahá'í recibía visitas constantes de tres niños (dos hermanos y uno primo de los mismos), por lo que me pidió llevarlos a la clase. Dos de ellos tenían 5 años y la hermana menor tenia 4 años. Debo señalar que uno de ellos era especialmente problemático, pese a que los otros lo eran también.
En pocas clases, me di cuenta que era un descontrol total, se distraían con cualquier cosa, se iban por su cuenta a media clase, golpeaban a otros niños, decían cosas completamente inadecuadas para su edad.

Estos niños provenían de la familia más disfuncional con la que trate de manera particular: el padre estaba preso, supe que su madre vendía drogas y hacia otro tipo de trabajos, vivían con su tío y abuela; maltrato físico y expresiones vulgares y sexuales eran la norma. Con la madre las veces que fui a dejarle a los niños nunca me dirigió la palabra y simulaba hablar por celular si alguna vez caminaba junto a ella, muchas veces los niños se salían de la casa inmediatamente después de ir a dejarlos, porque esa también era su casa: la calle.

Me sentía en una posición difícil: estaban destrozando la clase que ya tenía formada, y no tenia la capacidad de manejarlos a los tres al mismo tiempo que manejaba a los otros 5-8 niños que estaban de manera regular en la clase. En ese momento me pregunte ¿Será que 1 hora a la semana hará un diferencia en estos niños cuando reciben el peor de los ejemplos las 24 horas al día el resto del tiempo?

Para la tercera clase, los niños ya estaban esperando que abriera las puertas de mi casa a las 8 am cuando la clase era a las 10 am, esto sinceramente me causaba cierta incomodidad a mí y mi familia, pero lo superamos; supongo que de alguna forma anhelaban la atención que les había dado en solo dos clases. Esto me hizo tomar más fuerzas y decidí que debía hacer un esfuerzo extra, así que abrí una segunda clase de niños solo con ellos tres por aparte, con métodos más adecuados para las dificultades que ellos y yo enfrentábamos. En poco tiempo, empece a notar que SI tenían cambios, eran tan leves como cambiar la dirección de un meteorito por 1° grado, leve pero con potencialidades enormes para un futuro. Verdaderamente las palabras de Bahá'ú'lláh nutrieron estas plantas frente e mis ojos.

Efectos a largo plazo: Esta clase duro cerca de 6 meses, pero en ese tiempo yo como maestro crecí mucho más que en mis primeros dos años como uno. Desafortunadamente duro solo ese tiempo, porque ellos se mudaron, vi unas cuantas veces de lejos a los niños y al menos los vi bien. Tiempo después supe que arrestaron a su madre, pero pese a que las cosas siempre veían sombrías para ellos, se que algo logre y tal vez me recuerden vagamente, pero así como decía un pensador: "puede que no recuerde lo que aprendí ayer así como no recuerdo lo que he comido la semana pasada, pero ambas han hecho de mi quien soy ahora"

Consejo: Fue difícil: si. Fue incomodo: también. Sufrí penas: pueden apostarlo. Me arrepiento: jamás. Salí de mi zona de confort para tener una de las experiencias de servicio más inspiradoras, salir de esa zona no debe significar viajar 1 hora para ir hacer un acto de servicio, para mi es hacer el mayor esfuerzo aunque eso signifique sudar para lograrlo.

Segunda experiencia

Esta vez fue desde el año pasado hasta mediados de este y ya que la tengo fresca en mi memoria, disculpen si me extiendo mucho. Ya lo había mencionado levemente en los espacios de la bitácora, pero decidí limitarme porque merecía un espacio propio. Esta vez era un solo niño, de 7-8 años. Hijo de una vendedora ambulante analfabeta, padre ausente; pese a ir a la escuela el niño no logro aprender a leer y por su actitud desinteresada y brusca, los maestros de su escuela ya no le permitieron el ingreso. La familia es de bajos recursos y, ya que la señora pasaba por la zona de ida y regreso, los pioneros de la localidad generosamente se ofrecieron a tratar de ayudarlo en sus estudios. El niño mostraba un progreso súper pobre, lo que aprendía el día anterior  mostraba no haberlo aprendido al siguiente; le prestaba poquísima importancia aprender a leer o cualquier otra cosa relacionada al estudio. Poco tiempo después se abrió una clase de niños  pero él no paso a formar parte de ella hasta un tiempo después.

Pese a que todo ese tiempo el niño no había mostrado su lado brusco, en ese momento cambio. Mostraba mucho celo con los demás niños, que lo expresaba en golpes físicos a los otros niños aunque fueran más pequeños, insultos, intentos por llamar la atención descarrilando las actividades usuales de la clase, era incapaz de memorizar porque de todos modos ni hacia el esfuerzo. Sumado a eso el hecho de que llegaba tarde a la clase y muy sucio, además de eso llegaba de manera muy esporádica.
Junto a ellos, tratamos de pedir a la mamá remediar lo otro, y con el tiempo logro hacerlo, pero la actitud del niño no cambio. Yo por mi parte, en base a mi experiencia anterior, sugerí que lo más adecuado sería hacer la clase en la colonia en que ellos vivían, con más niños en condiciones al menos levemente similares a las de él.
Mis compañeros de servicio no estuvieron de acuerdo, y argumentaron que ayudaría a los niños aceptar convivir con niños de menos recursos que ellos; eso, y que el niño proviene de una zona lejana y peligrosa; buen argumento, pero no evito que la clase pasará de tener 10 niños con asistencia regular, a solo 3. Luego de esto se acordó hacer unas visitas a los padres, para pedir recordar que los niños necesitan educación para ser formados correctamente, y que todo niño tiene su curva de aprendizaje.
Esto fue una decisión acertada de manera aislada, lo digo de este modo porque logro traer de regreso algunos niños, pero termino sirviendo de pauta para alejar a otros de manera permanente.

Con el tiempo, el niño se puso imposible de manejar para nosotros, ya que paso hacer insultos directos a los pioneros, e incluso agredirlos, se iba por su cuenta, lo que llevo a que se le pusiera freno y no se le permitiera hacer lo que quisiera. Esto llevo a que se alejará por su cuenta al punto que dejo de llegar enteramente.

Pasaron unos 8 meses, la clase de nuevo iba en auge y estábamos teniendo planes de partir la clase en Grado 1 y 2, y de la nada apareció a pedirnos que intentáramos de nuevo, y así hicimos pese a sentirnos inseguros de poder hacerlo nuevamente. Al inicio se portaba bien, incluso algunos niños habían llegado a echarlo de menos y a entender mejor su situación.
Tristemente no tardo en mostrar su lado brusco y a jugar agresivamente con otros niños, incluso si eran niñas. Recurrimos a un pequeño recordatorio del libro 3 y aplicamos castigos en escala hasta ver que reaccionara, castigos  como no agregar chocolate a su fruta, no permitirle formar parte de los juegos o no poder ver parte de las primeros vídeos en la tarde de películas que hicimos.
Nada de esto ayudaba, entendía los castigos o trataba de remediarlo, para segundos después hacer una carcajada en burla del hecho, se ponía hacer algo, o simplemente se iba por su cuenta después de un rato.

Como último recurso pensamos en ponerlo como clase individual junto a la coordinadora de clases de la zona, pero debido a su tiempo solo lo hicimos una vez, y fue demasiado tarde, parte de la clase había sido diezmada nuevamente, algunos niños de manera permanente. Permitimos que el problema se desarrollará en nuestras narices aun sabiendo de los riesgos.

Efectos a largo plazo: Una niña que era de las más encantadoras, tiernas y que asistía con la mayor alegría dejo de llegar a la clase a petición de su abuela. Motivo: ella se aferro a que este niño la agredía. Podíamos defendernos de este enunciado: No, el niño actuaba bruscamente incluso fuera de clases, eso no ayudaba nada la reputación de la clase. Si bien es cierto que podía dolernos el alma al no aceptar este niño de actitud difícil en esta clase, duele aun más pasar frente a la casa de esta niña, que se nos quede viendo con una triste mirada, y saber que no podemos volver a invitarla a la clase, ni ella poder pedir ir nuevamente. No fue la único niño alejado a raíz de esto, pero ese ejemplo tangente me dejo marcado.

Consejo: Saber actuar con prontitud y efectividad, era clave para esto. Un auto análisis objetivo de nuestras habilidades debía demostrar que no podíamos manejarlo... la fe bahá'í se basa en la excelencia y la educación necesaria para progresar, y esto era un trabajo para alguien con un estudio profesional en educación.
En una reunión con otros maestros tiempo atrás se toco una situación similar, y el consenso fue de aislar niños que presentan un fuerte desafió para los otros en beneficio de la mayoría.

Conflicto de creencias


Este es otro evento ocurrido este año. Una niña que asistía a la clase pidió que invitáramos a una niña de su clase formal que vivía cerca y así hicimos. La niña en su primera clase nos dejo muy buena impresión, muy capaz y alegre.
Para su segunda clase, de la nada los otros niños la trataban de manera aislada y la repudiaban pese a constantes peticiones de mi parte de tratarla como una amiga; incluso la niña que nos pidió invitarla estaba actuando de ese modo.
Luego, como en su quinta clase, escuche de lejos que estaban discutiendo, y al acercarme escuche de que trataba: Ella les señalaba a los otros niños que la Virgen María no existía (en esas precisas palabras), y los otros 4 niños les señalaban que se equivocaba de manera bastante grosera. Esto me tomo completamente por sorpresa, no supe que decirles de manera inmediata. Ella solo repetía sin conciencia una concepto equivocado del argumento cristiano evangélico (ya que para ellos María ciertamente existió, pero no la elevan con ese titulo), a lo que el otro grupo se sentía agredido y respondía de mal modo. De manera que me costo reaccionar por un momento, de los dos bandos decidí hablar con ella: trate de hacerle notar que decir esas cosas que solo atacaban a sus compañeros solo lograba iniciar peleas con ellos, y que Dios en ningún momento le ha pedido que inicie conflicto con sus hermanos, y que por el contrario, le pide que los quiera y actué de manera correcta. Pero cometí la falla de no hablar con la misma seriedad con los demás y reducirlo a una leve amonestación. Dejaron de decirse cosas, pero eso no libro el aire de enemistad entre los niños con respecto a ella.

En mis años dando clase de niños, es la primera vez que recibo a una niña evangélica, en tanto a los demás siempre han sido católicos o bahá'ís. Nunca pensé que esta diferencia llevaría entre ellos del mismo tipo que se da en los adultos. Fue mi falta de perspicacia la que llevo a que esta bomba estallará en mi cara.

Efecto a largo plazo: Luego de ese evento, la niña ya no regreso a la clase, no nos dieron ese motivo, pero era obvio que fue a raíz de eso. Los demás niños siguen pensando mal de ella pese a mis consejos y estudios de citas en la clase. Un evento de los que más lamento a mi tiempo como maestro.

Consejo: Estar muy atento del contexto de cada niño en todo aspecto. Ella es muy buena niña y lo demostraba, pero aun así no se debe bajar la guardia y tener cada variable en cuenta.

--------------------------------------

Bien, eso fue todo por esta vez. Se que este artículo tiene un aire bastante sombrío; pero es precisamente porque lo más se escucha es sobre las buenas experiencias que decidí relatar las que fueron difíciles, las que a la hora de enfrentar la realidad encontrarán. En otra ocasión espero contar algunas buenas experiencias, las cuales sobran por supuesto, enseñar siempre fue una alegría pese a las dificultades.
Espero les sea de mucha ayuda y les haya gustado.